Iglesia Bautista Renacer
Somos una Iglesia Evangelica comprometidos con Dios y con su palabra, la Santa Biblia en la cual creemos firmemente y sabemos que no hay nada semejante a ella. Tambien tenemos el compromiso de llevar el Evangelio a toda criatura por medio de la predicación sin ninguna mezcla de error.
Nuestro mayor deseo es que conozcas la verdad, y la verdad te haga libre, y vengas a ser parte del pueblo de Dios que lo adora en espíritu y en verdad.
LA PREDICACION:
Asi como nuestros antepasados Bautistas nosotros creemos en la preeminencia de la Predicación de la Palabra de Dios. Creemos que la Predicación de la Biblia debe tener el lugar central en nuestro culto de adoración. Creemos que NADA absolutamente NADA puede tomar el lugar de la Predicación de la Palabra, nuestra convicción es que la Iglesia de Cristo ha sufrido porque ha rebajado la predicacion de la Palabra de Dios de su lugar central y las iglesias se han dedicado a entretener a los creyentes y a suavisar el mensaje a los inconversos, es por esta razón que pensamos que es necesario ponernos como decian los reformadores del siglo XVI de regreso a la Biblia.
EL EVANGELISMO:
Afirmamos que como Bautistas, creemos en la necesidad y responsabilidad de evangelizar ya que es una ordenanza que recibimos del mismo Señor Jesucristo. No tenemos más simpatía por el Hiper-Calvinismo que por el Arminianismo. No creemos que hay incongruencia entre la soberanía de Dios en la Salvación de Sus escogidos y su mandato de predicar el Evangelio a toda criatura. Nosotros no sabemos a quienes salva o salvará Dios, esa es una prerrogativa que sólo tiene que ver con sus decretos eternos y secretos. Pero El ha establecido un método para salvar pecadores, y no es otro que su Palabra predicada por la que llama a aquellos a quienes ha destinado a esta gracia, dándoles la Salvación. No creemos mucho de lo que se practica hoy día bajo el nombre de "Evangelismo", consideramos que mucho de lo que es llamado "Evangelismo" es poco mas que estrategias de marketing para ganar adeptos a tal o cual entidad religiosa. Estamos espantados por las presiones, trucos y planes calculados para producir "decisiones" basadas en el sentimiento únicamente, que tan pronto como llegan se van, no podemos estar de acuerdo con tales conductas que no son enseñadas en las Escrituras y que se alejan de los fundamentos principales de la fe y de cómo Dios llama a los pecadores. Afirmamos que la Salvación de pecadores no llega no llega por ningún otro medio que no sea el que Dios ha establecido, y este es: La Predicación de su Palabra, anunciada con fidelidad y de forma completa, es decir presentando todo el consejo de Dios. No entendemos otra forma de Evangelizar que no sea la exposición fiel e íntegra de la Palabra de Dios como dice su palabra, "Agrado a Dios salvar a los creyentespor la locura de la predicación".
LA ADORACION:
Una Iglesia Bautista es una Iglesia local con un serio enfoque en la adoración. El Dios que alabamos es El Dios de majestad, gloria, honor y santidad. l Dios de la Biblia es Aquel ante quien los ángeles del cielo cubren sus rostros y constantemente claman “Santo, Santo, Santo”; adorándole de día y de noche; Él es digno de toda Honra, Gloria y Honor. Creemos que cuando nos congregamos para alabar a este grandioso y glorioso Dios y Salvador, debemos hacerlo con reverencia y santo respeto. reemos que debemos sentir un TEMOR REVERENCIAL en nuestros corazones cuando nos reunimos a adorar al trino Dios. Alguien dirá: “Pero seguramente debe de haber gozo también”. Sí, efectivamente, estamos de acuerdo, pero además debe de ser un gozo que sea en el Señor. No queremos un gozo que surja de los “sentimientos”, sino uno que surja del conocimiento de Dios, un gozo moderado y controlado por la reverencia. También creemos que la música en la iglesia debe de ser gobernada por el gran hecho central de Aquel a quien adoramos. Mucha de la música que invade las iglesias de hoy parece poco más que una imitación del mundo. Hay muy poca diferencia entre la música que se escucha en la iglesia y la que se presenta en la televisión o en espectáculos mundanos, excepto que las palabras que se cantan son “religiosas” más que “seculares”, pero el espíritu que prolifera es el del mundo; la atracción es para la carne. Los que van a la iglesia, no se acercan al lugar de culto a adorar a Dios, sino que van a satisfacerse a sí mismos con lo que a ellos les gusta hacer de acuerdo a sus sensaciones. No hay sacrificios de alabanza, sino un rato compuesto por la diversión y el entretenimiento. Esto no es un culto de adoración según las Escrituras. Esto no tiene cabida en el Día Santo de adoración a Dios. Lo que es sagrado no debe de ser profanado y empleado como entretenimiento. Si la gente quiere divertirse, que se vayan a lugares seculares de diversión para que se entretengan; pero que no pretendan estar adorando cuando en realidad están blasfemando a Dios. Que no pretendan estar en un culto ante la presencia de Dios, donde la diversión es lo que impera y la satisfacción personal es lo que se persigue. Cuando nos reunimos a adorar a Dios queremos dejar el mundo fuera, no queremos apelar a la carne sino a los sentidos espirituales; no queremos la sofisticación del mundo sino la sencillez de Cristo. ¡Queremos sentir en la adoración el temor de Dios en nuestros corazones!